Desde pequeña, siempre tuve una conexión especial con el arte, los colores, el diseño y la fotografía. Sin embargo, mientras crecía, comencé a dudar si realmente este campo era para mí. Fue en la universidad, después de varios intentos fallidos en diferentes clases, cuando me topé con una clase de fotografía. En ese momento, se reavivó en mí la chispa por el diseño en todas sus formas.

Después de graduarme en artes gráficas, trabajé en diversos lugares y colaboré con diferentes organizaciones que se convirtieron en mi escuela, permitiéndome desarrollarme como diseñadora.

En 2012, nació la idea de Artis. Fue durante una serie de talleres en una incubadora de negocios que trabajé en mi plan de negocio. Con la ayuda de mi mejor amiga, encontramos el nombre perfecto: Artis, una palabra en latín que representa una obra o trabajo lleno de creatividad. Sin embargo, en aquel entonces, era una joven llena de inseguridades que me paralizaron, y terminé dejando pasar esa oportunidad.

Entre tanto ruido y el silencio que me rodeó por mucho tiempo, comencé a escuchar cada vez más a mi niña interior. Esa pequeña artista que amaba jugar y curiosear, que coleccionaba cosas y siempre llevaba una libreta para garabatear.

Artis me ayudó a reconectar con esa niña interior que aún vive dentro de mí. Comencé a descubrir nuevas cosas, explorar perspectivas diferentes y desarrollar lo que tengo para ofrecer, mientras descubría algo nuevo en mí misma.

Así comenzó mi viaje como diseñadora de patterns en mi caminar como artista; y fue mi niña artista quien me impulsó.